miércoles, 3 de febrero de 2016

Dos dulces, dos detectoras

Eva tiene 14 años, vive en Madrid y tiene una perrita preciosa.

Ana tiene 11 años, vive en Madrid y tiene una perrita preciosa.

Hasta aquí, podríamos estar contando la historia de muchas Evas y Anas que, seguramente coincidirán en edad, ciudad y tendrán perritas preciosas. Pero queremos centrarnos en una historia concreta, en la historia de las hermanas Arróniz.

Eva y Ana tienen diabetes tipo 1, una enfermedad crónica caracterizada porque las células beta del páncreas dejan de producir insulina, por lo que deben inyectarse esta hormona a diario. Las personas con diabetes tienen que aprender a pensar como lo haría su páncreas, calculando la insulina que necesitan para cada comida, corrigiendo las hiperglucemias y remontando las hipoglucemias propias de una vida con diabetes.

Las hermanas Arróniz cuentan desde hace casi dos años con la ayuda de Moka y Lupa para controlar su diabetes. Moka es la perrita de alerta médica de Eva, y Lupa la de Ana, son dos Parsson Russell adiestradas para evitar sus hipo e hiperglucemias. La gran ventaja que estas dos peludas brindan a la familia es la anticipación, pues emiten la señal de alerta antes de que la subida o bajada de azúcar se produzca, evitando así su llegada con sus respectivos síntomas.

Las responsabilidades que presenta tener un perro tienen que ser adquiridas por cada usuario, pues el vínculo es una de las partes más importantes de la segunda fase y éste es ganado por quien le da de comer y le aporta los cuidados necesarios. Eva y Ana se encargan de darles la comida, sacarlas a pasear, cuidarlas cuando se ponen malitas y darles un montón de cariño, sin duda, todo el esfuerzo se ve recompensado por la seguridad y la autonomía que cada día les regalan sus dulces detectoras.

Moka y Lupa son dos de los casi 50 proyectos que nos muestran las grandes ventajas de contar con un perro de asistencia. Casi 50 proyectos que gracias al trabajo de todo el equipo aportan tranquilidad a un montón de familias, la mayoría de ellas, tocadas por la diabetes.

Queremos dar la enhorabuena a Eva y a Ana por hacer, con su esfuerzo diario, posibles estos dos proyectos llenos de dulzura y autocontrol.

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